Friday, November 4, 2011

PROTESTA SOCIAL, RACISMO, DISCRIMINACION SEXUAL, MURALISTAS DE SAN FRANCISC

En esta oportunidad Luisa Elena Betancourt mencionó que para estudiar el post modernismo se debía empezar por el movimiento feminista, debido a la gran importancia de los aportes y legados de las mujeres artistas, quienes con sus obras marcaron el comienzo de la segunda mitad del siglo pasado.


Según Betancourt, dichos trabajos exploran las experiencias propias de lo femenino, las diferencias sexuales, las discriminaciones raciales y las diferentes facetas del ser. Los cambios en la manera de pensar con respecto al arte que se produjeron en la mitad del siglo pasado han sido tan relevantes y trascendentales que es de suma importancia estudiar y analizar los factores influyentes que ayudaron a introducir dichos cambios.
Hasta aquel momento los hombres artistas tenían ganados de forma exclusiva los espacios; mientras que los otros grupos de artistas: mujeres, mujeres negras y latinas, hombre negros, los latinos y el resto, los gays y lesbianas, enfrentaba cada uno una problemática diferente, formándose así varios conjuntos aislados. La convulsión de la década de los 60s, los derechos civiles, las protestas anti-guerra, la aparición de los hippies, el movimiento de revuelta estudiantil, la revolución sexual y las políticas izquierdistas, propiciaron el contexto en el cual se interconectaron el racismo, la discriminación sexual y el poder institucional, lo que trajo como consecuencia un movimiento poderoso e imparable.
La catarsis de las artistas por medio de sus trabajos de arte, sobre todo el de las mujeres negras, las cuales tenían doble problema: el problema étnico y el 'problema' de ser mujer. Se habían separado de las artistas blancas, y entre las de color mismas también había discriminación. 
Se formaron protestas en todas las universidades norteamericanas, los indios Nativos-Americanos también protestaron y ocuparon la isla de alcatraz en una manifestación. Las calles de San Francisco estaban repletas de murales y cada espacio disponible estaba tomado por graffitis.

Cuenta Lucy Lippard en su libro
Mixed Feelings que junto a Faith Reinggold y otras artistas de color, falsificaron una nota de prensa, y una  invitación para una gran exposición en el Museo  Whitney. Llevarón unos pitos enloqueciendo a los guardias del museo y llenaron los espacios de huevos crudos y tampax, escribiendo en los espejos de los baños con lapiz lapial “50% mujeres artistas y 50% mujeres de color”.
Entre las diapositivas mostradas por Betancourt en esta oportunidad, resaltaron las referentes a los trabajos de: Betye Saar (La Liberación de Aunt Jemima, 1972), Carrie Mae Weems  “mirándose al espejo, la mujer negra pregunta: espejito, espejito que estás en la pared, cual es la mujer mas bella de todas, el espejo responde: "blanca nieves puta negra, y no lo olvides.” 
Cabe destacar que el modernismo dominante hasta ese entonces se mostraba como el creador y su obra de arte como lo único que importaba; en el postmodernismo (o la contemporaneidad) una de las características es mostrarse como un triángulo: artista, obra de arte y espectador. Las mujeres artistas fueron pioneras e introdujeron los trabajos en colectivo ya que a través de los mismos, contaban sus historias personales. Lo privado se hizo público y se convirtió en político.
 valencia.com.ve
Viernes 26 de Marzo de 2004 a las 11:06 am ( 329 lecturas ) 

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